17 de junio de 2013

DE CHONISMO, GLAMOUR Y MATERNIDAD...

O lo que es lo mismo: desde que soy madre me la trufa bastante mi aspecto. 
Vaaaale. En realidad, "Eso es... MENTIRA" (emulando un "gran" programa de televisión).

Lo que quiero decir con esto es que, desde que soy mami, hago lo que puedo. Y con una tranquilidad tal que no me reconozco, oye.

En mis tiempos mozos, en esos en los que "ligar" o simplemente "tener seguidores" (sí, como en el twitter) podía ser un buen objetivo, digamos que podía pasar de ser la más hippie happy del lugar a llevar combinada la goma del pelo con el lacito central del suje y el collar y las pulseritas de turno. Eso sí, fuera cual fuera mi estilo, siempre cuidaba hasta el mínimo detalle. Es más, he de confesar que tuve una larga época de "shopaholic: no voy a dejar ni el perchero" que ahora he convertido en "shoppingformybabiesaholic-y a mí que me den".

Por eso, ahora, si salgo con los dos calcetines del mismo color, doy gracias a la Divina Providencia, que es la responsable de que mis neuronas hablen entre sí alguna vez y se pongan de acuerdo en los "conjunts" (leído "conchunts" para los de fuera de territorio comanche).

Para empezar, cuando te enteras de que estás embarazada te invaden una alegría y emoción tales que te llevan a verte siempre sonriente, feliz, estupenda y divina de la muerte. Recién salida de una portada, como bien dice mi querida Pao de Muriel y yo. Nada (y cuando digo nada, es nada) te hace imaginar el desastre estético que se te viene encima. Y no me refiero al aspecto físico y la transformación monumental que sufre nuestro cuerpo, porque, en mi caso, he adorado cada centímetro de panchota nuevo que me descubría. Me refiero al conjunto en sí. Al todo. A que no se pueden "juntar churras con merinas", así que o vas acorde a como te sientes o vas acorde al tiempo (nulo) que te queda a ti para arreglarte. En cualquier caso, y en muchiiiiísimas ocasiones, vas hecha unos zarrios. No, señores del grupo "piensa en verde", zarrios no tiene nada que ver con ese animalito pequeño, mezcla entre can y lobo, y astuto como el solo y que en todos los cuentos se cuela en el gallinero y ¡hala! ¡A zampar gallinas!... Usen el diccionario. Aunque con echar un vistazo a esta foto, podéis haceros una idea de a lo que hace referencia el palabro.



Sí, es lo que parece, una media calcetín con un agujero del tamaño de mi pie. Sí, y encima es una media de esas que son tan "feas" según Pichu. Razón no le falta, pero entre llevar un calcetín media color carne o llevar unos calcetines blancos a lo M. Jackson, no sé porqué, pero yo siempre me inclino por lo primero.
Llegado este punto, aclaro, mi chonismo no llega hasta ese extremo. Vamos, que no salí así de casa, aunque sí llegué así, y lo peor, ni idea de cuanto tiempo lo llevé en ese estado de... descomposición.
Si empezamos repasando de arriba a abajo, el primero en discordia es "mi pelo", esa mata de pelo de color indefinido que varía desde el castaño al rubio, pasando por anaranjado y rojizo, y si me apuras, por el verde, que son los pelos que me salen cuando la "paciencia de mami" se esfuma. Esa mata de color indefinido y sin forma fija era antaño una de las melenas más lustrosas y mejor cuidadas de toda Valencia. ¿Que no? Preguntadle a mis seres más queridos y os hablarán de lo remaniática que he sido siempre con mi pelo. Antes salía en bolas a la calle que con el pelo mal hecho. La peluquería era mi segunda casa. 
Ahora... mi pelo es huérfano. No es que no tenga una segunda casa, no, es que ni siquiera tiene una primera. Va sólo, a su aire, se ha puesto años encima, ha perdido su gracia natural, ya no sale de fiesta, ni se arregla... Se ha vuelto muy "natural como la vida misma", y no lo culpo, es que no le ha quedado otra. Era eso o emigrar a otra cabeza (me consta que lo ha intentado).
Si hablamos de mi "face"... la definiría como "esa parte de mi cuerpo en la que conviven primeros indicios de patas de gallo (no cuela, lo de que son arruguitas de tanto reír, no cuela), con manchas solares recuerdo de mi primera maternidad, con bolsas tamaño maleta, y ojeras del tono morado más vivo y apasionado de todos los tonos morados del mundo mundial". Sí, ese amasijo de cosas bonitas es mi cara. Y aún así, el amor ciego de hija a madre hace que a Pichu se le escapen cosas como "Mamá, tú eres guapa. ¿Lo entiendes?", que te dan ganas de decirle: "Sí, cariño, yo lo entiendo, quien no lo pilla es mi cara".
Cuerpo... cuerpo ¿qué? ¿Qué cuerpo? ¿Qué dice ésta? ¡Aaaaaaaaaaaaaah! Sí, mi cuerpo después de la maternidad (y por partida doble en tres años). Ese cuerpo que oye la palabra "deporte" y le suena a primitiva, pero del Pleistoceno lo menos. Y que oye "gimnasio" y le suena a isla lejana, o incluso planeta de otra galaxia. Tengo que confesaros que a mí, a pesar de los pesares, me gusta mi cuerpo tras la maternidad, mucho más que antes. A pesar de esa "estupenda" compañera de trabajo (por ejemplo) que te estira el vestido hacia bajo, haciendo que quede ultrapegado a tu cuerpo y haciendo así destacar tu "panchita post-parto flanera que se resiste a desaparecer", y te dice: "¿Esto qué es?". A lo que tú, con su mismo tono mala sombra pero con sonrisa profident, le respondes: "Esto es la pancha de una madre que ha parido hace siete meses y que aún se está recuperando, ¿por?"; A lo que ella responde: "No, por si era otra cosa", mientras tú la miras con una poker face que ni Lady Gaga.  Así que sí, me gusta mi cuerpo de mami, muy a pesar, también, de que siga viendo a las ángeles de Victoria's Secret y piense "me voy a cagar en la pu...". 
De hecho, me gusta, y mucho, porque cada uno de los milímetros de flacidez o dejadez que veo en él me recuerdan que tengo dos hijos maravillosos. Eso sí, como las madres somos mujeres de recursos, para suplir los estragos de la maternidad tenemos la posibilidad de elegir trapitos ideales que disimulen lo que tienen que disimular y enseñen lo que tienen que enseñar. Bueno, pues ahí también patinamos, porque como a veces (muchas... muchísimas... ¡vaaale! un día sí y otro también) nos ponemos lo primero que encontramos al meter la mano en el armario sin mirar, pues vamos un poco "al tun tun". Y pasamos de haber sido las más estrictas en el cumplimiento del código para combinar colores al "todo pega, todo vale, porque todos los colores llevan a Roma". ¿Que no eran colores, que eran caminos? ¡Que más da! Todo el mundo me ha entendido. 
Y para postre, para un par de días en los que te colocas un mini vestido, unas cuñas de 15 centímetros desde las que ves La Isla de Pascua (mira, viaje que me he ahorrado) y un cinturón mono, ya tienes a la típica "yo también he sido madre y no voy así porque no quiero" que te dice que si vas demasiado estupenda, o demasiado sexy o demasiado idiota para aguantarle las impertinencias y no decirle nada más. Y si no, estás tan megaemocionada con el conjuntazo de marras que en tu mente no hay ni el más mínimo atisbo de recordatorio de una sesión de relajación en la que tú estás involucrada. Pues tan ricamente, oye, a ver quién no es capaz de tirarse sobre la esterilla con su etéreo vestido y sus cuñas "Everest" y hacer una relajación que ni el Dalai Lama en sus mejores momentos.

El caso es que el tema chonismo-glamour relacionado con la maternidad es toda una incógnita que necesita de muchísimas fórmulas matemáticas juntas, y revueltas, para dar con la solución. Yo, que soy de "ciencias puras" de las de toda la vida, he planteado una cosa así:
Pero sigo sin dar con la solución definitiva, porque cada día me da un resultado.
Eso sí, todos son aproximados y me llevan a la siguiente CONCLUSIÓN sobre el estilo y el físico tras la maternidad

"EL NÚMERO DE HIJOS QUE UNA MADRE TIENE ES DIRECTAMENTE PROPORCIONAL A SU ASPECTO DE SURFERA", *cqd (como queríamos demostrar). 


DATOS QUE LO DEMUESTRAN:

- Mechas californianas, o lo que es lo mismo, cabello decolorado y pasando por multitud de diferentes tonalidades de la raíz a las puntas, incluyendo las primeras canas en algunos casos.
- Melena al viento sin orden ni concierto, con aspecto áspero, y con unas ondas que se forman de manera natural ante la falta de mascarilla y un buen cepillado.
- Piel reseca y "alagartada" (efecto indudable del agua del mar y las horas de sol "cogiendo olas").
- Cara llena de manchas solares, fruto de también de las horas pasadas en contacto directo con el sol y las olas y la vida placentera de cualquier isla paradisíaca.
- Ropa ancha, de colores varios en su parte superior e inferior y no siempre combinados, pero llevada con una gracia y una naturalidad infinitas...

¡¡¿¿¿No me digáis que no es genial???!! Ahora ya está claro,tras la maternidad pasamos de ser ballenas a ser la viva imagen de la BARBIE SURF

Si es que en esta vida ¡ES TODO CUESTIÓN DE ACTITUD! ;)




¡Besazo!

CON M DE MAMÁ y S de SURFISTA

Próximamente: La metamorfosis de la mujer y su mutación en distintos animales 

21 comentarios:

  1. Jajajajaja me morí muerta de risa!!! Coincido en lo de Barbie Surf, en mi caso soy igualita!!! Dos gotas de agua... hablando de mares...
    Basta nena, es que cuando te leo me río tanto que después me duelen los abdominales. abdominales??? Ah sí, esa tabla de lavar que llevan las modelitos y deportistas = panza chata. Mmm pensándolo bien, seguí escribiendo, sacando cuentas... si leo un post de estos todos los días voy a tener la mejor pancita post maternidad... jajajaja

    De mi melena y mis pecas mejor ni hablo... sólo decirte que me achuré el flequillo sola en el baño porque me dio paja ir a la peluquería... resultados? No los pidas... Mejor me pongo un pañuelo jooooooo

    Como siempre... genial entrada. Por las verdades y por el humor!!!

    Besazo siamesa y gracias por la mención

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    1. Muuuuy bien!!! Jajajaj!! Yo también meto mano a mi flequillo por no bajar a la pelu! Y así me va!!! Jajajajaj!!!
      Eres tremenda, Pao!! Yo sí me he reído con tu comentario y esa panza chata, y los abdominales!!!
      Genial!!!
      Me alegro de que te haya hecho reír!
      Un besazoooo y mil gracias sister cibernética!!!
      Muaaaak

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    2. Lo que más me descostilló fueron los agujeros de las medias color piel jajajaja sos genial... si me habra pasado!!!

      Das en la tecla del humor!!!

      Muaaaaaakssssss

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    3. De las medias... Caladas, no?
      Jajajaja!!!
      Me he partido con tu aportación, Pao, ¡qué grande!
      Y en mi caso, caladísimaaaaas!!!
      Besazoooooooooo

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  2. Hola guapa!

    Jo, la verdad que cómo somos... lo de choni #mallegao Jajajajajajajaja... yo ya le decía el otro día a Pao, que hizo una reflexión similar, que mi talón de Aquiles eran los pelos a lo Macario... Jijijijij. Mi marido me dijo un día que estaba Macaria y me llegó al alma Mari... desde entonces decidí que madre sí, pero mujer también.

    En mi último post hay un trocito que es tuyo. Y esta vez no es un premio... jeje pero a lo mejor te gusta verlo. ;)

    Que sepas que me he partido el culo a gustito...

    Besos mil! ;)

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    1. Jajajja!!!
      Miiiira! Lo de los pelos se me ha pasado!! Muy bueno lo de Macaria! Jajajajaj!!!
      El tema es ése, muchas veces nos olvidamos de que ser mamis no significa no cuidarnos o querernos, ¡pero es que el tiempo vuelaaaaa!
      ¡Y qué ilu lo de tu post! Me paso ya, que me has dejado con la "intringulis"!!! Jajajaj!!!
      Me alegra saber que te he hecho reir!!
      Un besazooooooooo

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  3. ¡Bravo! No se podía haber explicado mejor.
    - "No, señores, no estoy esperando el tercer, es que aún me recupero del segundo..."
    ¡Qué pesada es la gente, c...!
    Yo hoy he empezado el régimen, a ver si de aquí a dos semanas entro en los trajes de baño de hace dos años (el año pasado estaba de 8 meses y ni los saqué, claro).

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    1. jajajaja!!
      A mí ya me da un poco igual la gente, porque siempre habrá quien, aún sin motivo, será capaz de sacar punta de donde no la hay!! Y lo peor es cuando los comentarios vienen de otras madres... ¡Empatía por los aires! jajajaja!
      Yo también veré qué tal me van los bikinis, porque también me cogió de 7 meses... ;)
      un besazo!!

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  4. comprenderás que te entieeeendo perfeeeeeectamente, si no, a la G del pasado miércoles me remito....pero he de confesar que en cierto modo te envidio, porque yo, de satisfecha con mis chicas, cero patatero.
    Eso sí, me hago eco de tu barbie surfer....Me encanta!!!!! jajajajaa, buenísimo.

    BTW, he dejado a medias un post sobre palabros valencianos que yo no entendía cuando llegué a vivir a Valencia hace 10 años......I will need help!
    besos

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    1. Jajajja!!
      Paula! Es cierto! Tú fuiste la de la Gravedad! Jajajajja!!!
      Pero no me digas que viéndolo en plan Barbie Surfer no mola más! Jajajja!!!
      Oye, sí, cuenta conmigo para las palabritas de tu post! Encantada de hacer de traductora o de aportar más! En casa se habla valenciano, así que... Quan vulgues! Jajajaja!!!
      Un besazo y gracias por pasarte y quedarte!!!
      Muak!

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    2. Ei, xiqueteeeees!!! Que jo també us puc ajudar!!! Que encara m´enrecorde de casi tot!!! Jejeje

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    3. Jajajaja!!! Vero! Locaaaa!!
      Perfecte, doncs ale ja saps, Paula, ja en som dues per tirar-te una maneta!!
      Jajajajsj!!!
      Vero, tu també has viscut ací o ets de "territorio comanche" també?

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  5. Jajaja. Me ha encantado tu entrada. Y es que, como bien dices, todo es cuestión de actitud, y la tuya, como siempre, es extraordinaria. Gracias por dejarme compartir estas geniales reflexiones.
    No cambies. Muaak!

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  6. Eras fantástica! No he podido parar de reirme, aunque tu post sea un espejo. Yo lo he conseguido con un sólo hijo y además me veo intentando convencer a la gente que, evidentemente, antes de tener la talla actual, tuve que tener una 38!!! Es un paso necesario.
    Un superbeso!

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  7. Noni, reina... Este post merece ser alzado a los altares de la REALIDAD maternal. De hecho, lástima, pero como "S de sinceridad" para el AZ hubiese estado genial!!! jajajaja

    Yo tengo también problemas con los pelos... y quién no? Ahora en verano, obsviously, estoy muy pendiente... pero en invierno me relajo... Y otro secretito: ¡se me olvida cortarme las uñas de los pies, oyes! No sé qué pasa. Y cuando le doy un zarpazo involuntario al tripadre en la cama, me dice... ¿¿¿Pero qué clase de mejillones tienes, jamía??? Cogemos la motosierra,,,,, ??? Jajajaja. Chonismo 100%.

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    1. Jajajajajja!!!!
      Verooooo!!! Me paaaaaarto!! Qué bueno!!! Con M de motosierra y mejillones!!!! Jajajjaja!!!
      Pues te prometo que lo he pensado, pero no podía aguantar a publicar!!!
      De todas maneras la tarde de hoy me ha dado mi letra para el #az de esta semana: la P de Piojos!!!! Diooooos! Casi me da! Pero no voy a desvelar nada...
      Muakaaaas

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  8. Ay, pues yo odio ir hecha un zarrio porque o 1)Tengo toda la ropa sin planchar; 2) Tengo toda la ropa sin lavar o 3) Tengo toda la ropa arregullada en el armario.
    Y si tengo modelito, no me ha dado tiempo a teñirme las canas y voy con una raya de 4 cm. Que vamos, que soy un bombón de madre. Glamurosa y greñosa.

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  9. Jajajjajaaj buenísimo....lo que me he reido.... todo absolutamente cierto!!! Aunque como bien dices, todo es cuestión de actitud!!!! Que somos madres y a mucha honra!!!!

    Un abrazo!!!

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  10. Jajajaja, que hartón de reir!!! Si es que es verdad, yo tambien acabo comprando antes ropa para los peques que para mi...asi va el armario que no evoluciona con la moda y voy siempre con los mismos modelitos que funcionan para ir corriendo detrás de ellos... En fin, lo peor el tema gravedad y foferias, pero chica yo misma me consuelo diciéndome " oye estas estupenda para haber parido 3 veces"! Eso si, me acojo al look Surfer, tal cual y queda de fashion-hipster y esas chorradas q dicen ahora, jajajaja

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  11. Jajajajaja.... Si me miras mi pelo en este momento, las californianas pasan a llamarse "moncoferas"...

    No se puede aguantar...
    Gran post guapisima!!!

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Estaré encantada de que opines, te expreses, me cuentes cosas y, en definitiva, de que nos comuniquemos ;) ¿Te animas a hacerlo?